PAISAJE CON DOS TUMBAS Y UN PERRO ASIRIO
(Poeta en Nueva York – 1929 -1930) Amigo, Levántate para que oigas aullar Al perro asirio. Las tres ninfas del cáncer han estado bailando, Hijo mío. Trajeron unas montañas de lacre rojo Y unas sábanas duras donde estaba el cáncer dormido. El caballo tenía un ojo en el cuello Y la luna estaba en un cielo tan frío Que tuvo que desgarrarse su monte de Venus Y ahogar en sangre y ceniza los cementerios antiguos. Amigo, Despierta, que los montes todavía no respiran Y las hierbas de mi corazón están en otro sitio. No importa que estés lleno de agua de mar. Yo amé mucho tiempo a un niño Que tenía una plumilla en la lengua Y vivimos cien años dentro de un cuchillo. Despierta. Calla. Escucha. Incorpórate un poco. El aullido es una larga lengua morada que deja Hormigas de espanto y licor de lirios. Ya vienen hacia la roca. ¡No alargues tus raíces! Se acerca. Gime. No solloces en sueños, amigo. ¡Amigo!, levántate para que oigas aullar al perro asirio.