Tobías Desangelado

Ausencia, sigue mi pulso intuitivo que ahora pronuncia un nombre delicado y perfecto. Nombre de antigua raíz y joven voluptuosidad. Nombre de piel de fango y arena fina: -“Cascabel de recuerdos y un caracol en sangre”- La vida es una larga cadena de adióses. Para que nunca pueda parar la vida necesita se ausencia. -“Caracol de sangre Vi como se quebraba Tu imagen ante un espejo”- Fugaces voces surgen en mi mente trayendo antiguos genios de ceniza que luego, más tarde, resultaron ser pequeños sapitos de asco. -”Caracol de sangre ¡Un caracol en sangre, Enrique!”- Una voz mancha una breve sonrisa, abierta y fugaz sonrisa. Levedad de un ser de ceniza, carcelero de mi mente. Aún puedo seguir, y digo puedo, porque estuve a punto de perder un suspiro. Un golpe de la razón y un chasquido de sangre en la mirada. Detrás la frágil ausencia me llama. -”La sangre del caracol, ¡Enriqueee!”- Dime el nombre que sólo fue pronunciado un vez. Vuelvo a probar el sabor amargo y o...