EL OROPEL DEL ORO (sobre Dios)

Foto Luizo Vega Considerarse conocido de Dios, buscar su complicidad y su beneplácito, despreciar todos los sufragios y regalos del alma, todo los salmos que nos salvan y nos acogen, no es ni satisface plenamente malas inclinaciones. Es más, siendo lícito, carece de un auténtico desempeño, a veces. Todos nos vemos conmovidos y sorprendidos por un vacío que urge ser llenado de significado. No nos gusta la torpe soledad del proxeneta, el inútil dolor del desdichado, el alma ahogada de aquel que busca el amor y no lo encuentra. Torpeza tras, torpeza, Dios accede a tomar de nosotros el afán sin la voluntad a ser apreciado más arriba. Sin la certidumbre de gobernar de cierto nuestra fe inconclusa, la toma entre sus manos en una mansedumbre irredenta. El privilegio de ser conocido por Dios puede parecer insuficiente para algunos. Mas no el oropel de mi afán por él, a lo peor, el único con verdadero significado. Idea Cioran Julio 2013