RECTO VERSO | NOVIEMBRE y DICIEMBRE 2018

No perderé mi tiempo en amar No perderé mi tiempo preocupándome por la gente No perderé mi tiempo mirando amanecer No perderé mi tiempo reconociendo el fracaso No perderé mi tiempo en curar heridas del pasado No perderé mi tiempo en placeres efímeros No perderé mi tiempo oyendo cantos de sirenas No perderé mi tiempo abierto a pasiones inéditas No perderé mi tiempo soñando No perderé mi tiempo en planificar el futuro No perderé mi tiempo escribiendo poemas Es lo que hay Necesito los cinco sentidos para comer una vez al día [29 Octubre 2013] Fernando Sabido Sánchez

Y se moría la voz en los labios... Tu cintura de cicuta alivió la sed del pasado y vertió vida y sangre sobre la esperanza. Yo no sabía de recuerdos. No. Supe de ti lo primero, lo efímero: un grito interior. Más tarde, vi tu cuerpo  y tu cara de ángel sobre el tapiz de mi almohada. sonreías a lo lejos al decir: << he venido por ti  a batirme con la vida >> y me besabas al hacerlo. Pero tu alma de ángel ya habitaba en otro cuerpo. Llegó vacía  al límite del silencio. Clandestina vida sin alma. Misterio en tu metafísica sonrisa. vi la luna reflejarse en tu rostro y tus ojos mordían el tiempo.

“A los treinta y seis años ya sólo me interesa ser amor.” J. A. González Iglesias. Ahora quiero viajar, quiero hacer cosas nuevas, quiero atreverme con el yoga, quiero aprender a conducir, quiero triunfar en el mercado porno americano, quiero buscar nuevos teoremas al amor, quiero el amor, quiero ser el envidiado de la clase, quiero hacerme una limpieza espiritual, quiero engordar algunos quilos, quiero tatuarme más, quiero vivir bien, quiero tener dinero en la cartilla, quiero mutar, quiero el punto y final en mi novela, quiero verla editada, quiero tener un perro, quiero quererme, quiero un achuchón de mis padres (aquí o allá), quiero inéditos amantes, quiero sonreír con los cinco sentidos, quiero abstinencia en ciertos utensilios, quiero no querer fumar, quiero un cambio de look, quiero el show del directo, quiero perderme dentro de una montaña, quiero pintar mi piso, quiero desayunar bien, quiero avanzar. JAVIER BRAVO. Barcelona, 5 de abril...

Parece que se asoma el sol después de tanta nube enfurecida. Calienta y me llega su bravura, quizás fue necesario aquel ciclón. Lo fuerte es que desde que escampó detrás de aquellos truenos que partían mi cielo se hizo todo simpatía, el arco iris ganó en entonación. Agradezco hoy tener mis días llenos y no aquella neblina donde yo vegetaba en las horas y a mi aire premiaba con dudosa polución. El sol viene radiante para lento, sus rayos sonríen si rozan mi armazón. Siento que haya pasado aquel ciclón. El aire sigue húmedo a diario. JAVIER BRAVO Barcelona, 12 de mayo de 2011

Todo pasa en el cuarto de Leo. La niebla o el olvido, una abeja y un suspiro conviven juntos sin el menor rubor. Cuando apenas soñoliento visito su cuarto, luego que regresamos de una noche loca de encanto, Leo pone su mano en mi hombro, se acerca al oído y susurra “todo para en el cuarto de Leo” Me gusta despertar entonces abrazado a su torso que retorcido en la cama juega al disimulo antes de los juegos amorosos. Su rizado pelo negro es un engorro si de morder su ojera se trata.  Leo hace fácil lo difícil. Habla con un encanto sobrevenido y sonríe con la mirada. Cuando luego de un café salto a la ducha y me encuentro junto al desnudo cuerpo, me siento dichoso de saber que en eso consiste la felicidad. No sabría decir si placer o dicha, si duda o frío, cuando Leo reposa su cabeza en mi pecho antes del profundo sueño, comprendo de repente el por qué de todos los poemas y la razón de todos los amores olvidados.  Sólo él hace que la realidad se disipe entre sus besos...

Medirme las distancias con la piel, con sierpes de vacío orillándome esta hiel de no tenerte. Anhelo de la miel: dulce recodo del sentir, línea fugaz y ardiendo, huyendo de las horas por el camino de las horas. Estaré allí cuando llegada la tarde y resignado ya el olfato, no pueda ya disputar tu aroma a este azul frescor de aire. Cielo es brisa fragante de un aliento, nido de tu pecho en donde late y canta tibio tambor de sangres y de almizcle. Y si, hambriento de una oscura espuma, el astro de los rostros sumergido va en la piel, será de noche o vendrá la tarde y sembrando espliego será de día el sol sobre estas frutas. Sal de lágrima y de ausencia: rugir de un hambre paciendo arenas , paciendo adiós de ola en ola. Furia de mar, de querencia por ser tarde y trigo y viento fresco, rubicunda flor del beso, atardecido cáliz de humedad y llama. Ser de viento y no de ausencia. 

Podemos intentar mantener nuestro amor a flote Aunque sea tarde, aunque no lo calle. Podemos sabernos ciertos y beber estos versos En taza de afán y amianto. ¿Podemos?, sí podemos. Podemos decir te quiero con la risa de los necios Con le baja autoestima de quine nunca amo Nunca perdió nada porque nada dio. Si, podemos. Y tomar mentiras por verdades Y culpar o excomulgar la desgracia ajena Dejarnos mirar en finos espejos  Besar con labios que no dicen nada. Que deben el beso a quien lo da. Aunque mejor sería morir ahora  Que vivir la vida con semejante galimatías Podemos porque podemos. Acaso tú Yo acaso El resto, déjalos en paz Quiero habitar en la rama de tu hombro Como cada invierno.

 Prometeo   Hefesto Íos La tempestad anunciada por Zeus se había iniciado. Luego que hubo amainado un poco, acudieron los primos de Prometo: Fuerza (Cratos), Violencia (Bía) y por último Hefesto quien estaba terriblemente enamorado de él: << Venimos con el viento y el rayo primo, y serás esposado y condenado por Zeus a ser recluido en la montaña más alta del Tártaro; a que un águila te devore el hígado por el día y crezca de nuevo por la noche. Y así serás ejemplo de maldición eterna >>  Por haber engañado a Zeus y desafiado su palabra, Prometeo, uno de los diez mil Titanes hijo bastardo de Zeus, luego que hubo robado el fuego para entregarlo a los mortales y poseía además el conocimiento profético de la persona que un día derrocaría a Zeus; se negana a divulgar cualquier información. La tempestad anunciada por Zeus se inicio de nuevo. Un coro de Dalias y Valquirias canta a lo lejos. Luego llego Íos, hijo de la tormenta, quien ...