NOCTURNIDADES (En el reino de Taifa)
Trabajas en los trapecios de la noche y la bruma Se inquietan las estatuas que ven tu paso Te envidian porque posees un alma de nobleza y oscura soledad Que a ellas falta. Te rozan los duendes y el flash de la memoria Doncellas sin flor, hombres sin corona. Todo tú, manifiesto eunuco en trifulcas, bares y sesiones publicitarias; Tomas las mil formas del deseo, a manos llenas te llevas el alba. -Hace mucho que sigo aquí-, susurras. A tu llegada, ya en la ciudad secreta de Sforzinda , De repente a bocado y solo estás ante tu particular reino de taifa. Todos se intrigan al verte, todos te rondan, t e pretenden. Vendes humo a tu paso y el esfuerzo no te cuesta, ni te daña la nada. Mas luego ileso y cansado te has ido mientas se apagan los excesos, Se duermen los últimos borrachos, Se abren los colmados y el alba te roba todo el glamour. Como los pájaros cantas con voz prudente y si...