LA CAÍDA DEL TIEMPO (Retrato De Un Civilizado), nuevo

Caer del tiempo es ahondar en nuestro propio límite, vislumbrar nuestra propia oquedad, darnos cuenta al fin que nuestro errante vacío precisa a todas luces de un alma, un rastro: un alguien que lo nombre. Caer del tiempo es estar sentado en la orilla de un hábito, ver pasar la idiotez conjugada de maldad y no hacer nada. Es ir rompiendo los límites, no para conocerlos o superarlos, muy al contrario: para defendernos de ellos. Hemos caído del tiempo y no lo sabemos (o quizás sí) y a lo sumo, simplemente no nos importe: ¿por qué debería importarnos? Lamimos falsedad e indiferencia desde la cuna, lugar de nuestras ásperas generaciones. Aleccionados, condicionados y maldecidos por dioses verdaderos o inventados. Todo nos fue útil para nuestro propio desprecio. Caímos del tiempo por haberlo inventado mal. Sucios y corruptos arrastramos la existencia como los perros del hambre su miseria. Mendigamos verdades sin creer en el amor, sin amarnos y lo peor: sin necesitarlo ¡Qué p...