Crucifixión en santa devoción. Traedme al Santo Jonás, a la ballena que fue bendecida en el Apocalipsis, al hijo Josúe, a Cristo mismo. Que vengan en púlpito sagrado. Yo les acojo. Les bendigo, les prescribo para el cielo, les ardo en el infierno o les perforo con mi deseo sin límite. Hijos proscritos del cuerpo, bendecidme, blasfemadme, martirizar mi piel con suplicios inconfesables. Mis lágrimas serán del Redentor su alegría. Mi amor será amor en desmesura. Abominadme, fustigadme, dilapidadme (si fuera necesario) cual ladrón, cual proscrito. Por ser mi cuerpo sólo de hombre y mi amor de hombre, sólo de amor. Entregarme la seña y el santo, el salmo de la cercana salvación, la futura lápida que cubra mi cuerpo de escombro. Bendecidme, devocionadme. Traedme desde lo más alto a lo más ínfimo de los habernos. Llagas en mis manos de alegría, arrancadme el alma... Sólo el alma bastará para cumplir con el mandato de Moisés: - "El hombre más cruel que jamás conociera" - Muriel, B...