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Mostrando entradas de febrero, 2018

LA NIEBLA Y LA ESPERANZA (nuevo)

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LA NIEBLA Y LA ESPERANZA (Anima Oscura) Éramos la niebla, la luz que salía de un costado, un abrazo. Fuimos mendigos y luego reyes sin reinado para más tarde volver a tierras lejanas: aquellas que más tarde abandonamos. Tomaste mi mano, un rato que un año y medio duró y caminamos juntos como lo hacen los enamorados. Temblor, pulso, amor y desmesura. Eras el muchacho de mis días y yo la luz de una esperanza de selvas y azabaches. Viniste para enseñarme el límite fijo de la navaja del dolor. Yo asistí a este curso de amor amargo y dulzor envenenado cual chiquillo en el kinder. ¡Cuánto amor!          ¡Cuánto amor! Te marchaste lentamente y te llevaste cosas que ni siquiera eran mías. No sólo amor, no sólo los besos que te di… Te fuiste lentamente llevándote las llaves de mi puerta. Desde entonces mi alma está abierta: abierta a la esperanza. Imagen de Aurelio Monge

COMO HIELO QUEBRADO (nuevo)

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COMO HIELO QUEBRADO Las cosas no se acaban por que nos las nombres. Las puertas no se cierran o se abren solas aunque nadie atraviese su dintel. Los caminos no se borran aunque ya no los transite nadie. El amor no se ha ido para siempre aunque tú hoy no lo tengas. Por tanto: déjate vencer. Ofrécete sin mácula al destino. Déjate llevar por el milagro de la voz que llama sin saber quién eres. Amor, no olvides que fui yo quien puso un beso de azucena en tu boca de ángel. —Qué idiota era entonces (cuando el amor valía la pena) —, pensé. Tú, madrigal de verano. Paloma del asombro que me enturbias las prosas y los versos y te bebes mi tiempo con la gracia de los espabilados. Tú, escaparate de cuerpo sin alma… Tú no vendrás a la epifanía de mi vida. Tú ya no estás invitado. Porque bañarse sin guardar la ropa no tiene ninguna gracia, y menos cuando tienes más de treinta y tantos… y mucha poca vergüenza. Vuelve al redil de tu reb

CABALLO BLANCO DE CUBA (nuevo)

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CABALLO BLANCO DE CUBA  (a Javier Bravo) ¿De qué color es el caballo blanco de Santiago? Sí, me erizas con tu proeza y me enturbias con tu tristeza herida y tu noche loca, de luz, barro y cañavera. Corriendo por torreones y mapas, con los esqueletos locos de luz pequeña y los muertos: tus sueños muertos. He dejado mi clon y mi cruz y una canción escrita por si regresas. Mi fe de luciérnaga herida y sapos añora tus besos de infante, de trapos sucios y frescas praderas. — ¿Volví por ti?—, pensabas. Dime tú, mi Cuba: ¿De qué color son tus noches con luna y nardos? —De voz sola y negros agrupados—, contestabas. ¡De quién si no de nadie! ¡De azul sino de nada! De amianto y cuño loco, caminando por tu malecón solitario. A lo lejos un muchacho mira fijo el horizonte partido. La luna se ha roto el lomo de tanto usarlo. Y un búho canta ronco por tu almohada abandonada. Por ti, por mí: por nada. En las praderas verdes de roca

POEMA SOLO (nuevo)

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Mientras vienes ya me habré ido. A solas en la habitación, el cava se desbrava. La delicia canta ignota. La dicha se alarga. Mientras vienes empaqueté ya mis lágrimas. Pegué el peaje de mi alma: inauguré el alba. Mientas llegas tengo hambre de tu nombre y vació en la mirada. En el corazón un desconsuelo terco y más cava frente a la cama. ¡Qué ya tardas amor, y mi alma está helada! ANIMA-INIQUA-05-©-Aurelio-Monge  (imagen)

NO HAY UN CORAZÓN QUE VALGA LA PENA (nuevo)

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Si a tu regreso (ya de madrugada), me abrazas soñoliento y apestando a cerveza. Si toda la furia del mundo la llevas en la mirada. Si todo te ofende por el dolor que acumulas. Si me deseas y yo a ti no. Si te ofrezco mi amistad y tú haces con ella melodrama con final y bofetada. Entonces dime: ¿Qué reclamas?          ¿Qué esperas?                    ¿Qué amas? Si a mi llegada, con furia disuelves tu dolor y perdonas. Si no te ofende el mundo porque no te toca. Si no me amas tanto y sólo mi cuerpo reclamas. Si al ofrecerte mi amistad tú entiendes que te quiero, y en lugar de bofetada me regalaras un beso y un abrazo, limpios a estrenar. Entonces yo pondría callar mi boca, entender tu alma: no defenderme de nada y quizás, poder amar. Texto de Santiago Calleja Arrabal Imagen por Aurelio Monge (BCN)

ENTRE EL CIELO Y LAS NUBES (nuevo)

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Te bebes el tiempo como el ladrón hurta los momentos, con el descaro de un ángel forajido. Dices que todo te va mal. Que la vida no te corresponde, que no recibes lo que tú das. Y digo yo: si te lo gastas todo en putas o chulos que acaban en tu casa en la madrugada más penosa y luego te roban o si no, te drogan… Digo yo que la vida ya te corresponde. Luego te vas grisáceo, triste y con desvelo; llorando y diciendo que nadie te entiende y haciendo chasquidos de niño pequeño. Déjate de panoplias y silogismos. Lo tuyo es un cielo sin luz ni ángel, una sierpe diabólica: un Decamerón ilustrado sin final feliz. Lo tuyo son los chulos y los demiurgos de la miseria. El hambre que come de la mano migajas de placer y llanto. No te juzgo: te nombro entre aquellos que hicieron del infierno su aurora. Algún día, sólo alguno, será posible reír  entre el cielo y las nubes. Aún hay espacio para el tiempo

LA VIDA (esta vida va), nuevo

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LA VIDA Hoy la vida sigue siendo un camino afanoso, poblado de esquinas turbulentas: de zonas de luz y zonas de hiedra. La vida llena de escaleras y aceras, de puentes medio derruidos, de calles llenas de macetas. Hoy la vida es clara y oscura a un tiempo. Vida que sucumbe y resbala por una senda incontrolada y eterna. ¡Toda la vida entera sigue siendo mi vida ante un mar de primaveras! La vida hoy es llana. Lo es porque piso siempre la misma piedra, porque algunas lágrimas son sinceras y calan los amplios campos y las aceras. La vida nace y se deshace. La vida llora a pulmón, o calla con suave benignidad de gato. Las risas también cuentan; son mías o tuyas y por siempre de todo aquel que la mire a los ojos, de forma directa. Pero por dentro otra vida sigue, mientras la llevas oculta en unos ojos de pena.

ESOÑACIÓN (nuevo)

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ESOÑACIÓN Dejaste ir la luz. Debajo del puente, abajo en el río. Todo por decir: soy nuevo con mi luna y mi ángel  y sí, con mi copa de más. Todo fue luz y novedad. Cantaban los techos de palmera que tú olvidaste. Era verano en fuego y yo, apenas te vi. Evoco la pasión que me lleva a ese lugar donde nunca fui. Cómo me ofreces tu luz y tu desvelo así, como quien no lo precisa. A punto de morir me salvo el amor y tú, en la barra de aquel bar sonreías para un amor que vendría luego. Espera, no salves de lo perfecto por imperfecto, la ensoñación. Que sepas que tus besos esperan en los que no te doy.

INOPIUM (nuevo)

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INOPIUM Éxtasis eléctrico, gafas de sol y pipermín. Notas de color, ácido y fluorescencia. Tomo nota de cómo descomponer la realidad en trocitos de láser y efervescencia. Éxtasis eléctrico, barbas y decadencia. Son las ocho de la mañana y todavía no te has acostado. —Toma otra—, insinúas. Eléctrica la pista de baile se llena de gente y un ritmo atroz 4x4. Mamá Inés (la camella) se asoma por el oblicuo de la escena. Parece un mono pintado, la mirada de sangre felina y muerte. Gafas de alquitrán, eléctrica felicidad y gotas de aire viciado. Son las ocho y media y todavía no te has acostado. Ahora ponen tu canción: —Luego, cuando el sol se vaya—, sentencias y me besas. Mamá Inés recorre borracha las dependencias buscando clientes. Su cúbica mirada se mide en mililitros de maldad y polvo de estrellas. Llega, se para y tropieza con su infelicidad. La música, gafas de sol e inopias: Todos ven lo que no pueden explicar.

DEL AMOR Y DEL DESEO (a Luis Cernuda), nuevo

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DEL AMOR Y DEL DESEO (a Luis Cernuda) Pon tu luenga boca de secano en mi ribera azucena dorada, que das luz a las gacelas del olvido y dibujas, con color de primavera, lugares soñados por los enamorados en la noche. ¿No adviertes mi presencia, rocín de sangre? ¿No recuerdas como apenas tembloroso, recorrías mi cuerpo perseguido por el rayo de la mañana? Corrías deprisa por las dunas y los hombros sensuales, de gesto noble y severa incertidumbre. Corrías como aquel muchacho atravesado por un rayo de luna. ¿Pensé yo acaso en salir a tu encuentro? —No—, me respondes. Amor sórdido de hombre, savia cálida de cálidos abrazos, cobrizos y sinuosos. Fuerte tacto en un lecho de azucena.

PARALELO SUR (nuevo)

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PARALELO SUR Limpiando sintaxis, desempolvando diptongos, royendo antiguas metáforas. Otra vez sólo, paralelo sur de mi horizonte quebrado. Tan lejos, tan cerca que sólo un disparo dista de tu amor y mi ribera. ¡Ya no me traigan la vida! que no quiero verla… ¡Qué la conozco de cerca!  y sin recorrerla; apenas también la tuya, que se parece a la mía como el mar a la arena. Imagen: Luizo Vega