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Mostrando entradas de mayo, 2018

¿A DÓNDE TE FUISTE AMOR? (nuevo)

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¿A dónde te fuiste amor? ¿A dónde? Si la aurora ya se ha dormido y el urogallo no canta. Si los besos no fueron besos, sino “píxeles” de aire y humo eléctrico. Y en un clic me traslado del otro lado del cristal. Como en un cuento de Lewis Carroll, me adormezco en la ponzoña de tu cuerpo, ahora desnudo. Apenas alcanzo a ver la perpendicular de tu sexo, como quien ve por ver primera su propio talento. Y tú que no sabes del mío, me ofreces en un suspiro: lúgubre mirada, amianto y deseo… y queman. Te muestras con tal destreza que se diría de ti que siempre fuiste un ángel. Eres aéreo, eres magnífico. Tú que lo sabes: ¿qué haces en la soledad de mi alcoba? o acaso, en la penumbra de mi alma… Eres cuerpo, mas detrás de todo cuerpo un alma aguarda sola, con alas de piel que saben volar, allí donde tú te derramas. Y en un solo clic me enamoras el alma y todo sobreviene entonces: sal, sudor y palabras. Un solo clic de mágica dis

UN MINUTO DE MI VIDA, nuevo

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Si pudiera darte un minuto de mi vida no lo haría. Contigo aprendí que pronto se hace tarde. Que tus besos son como simiente en tierra estéril: no mojan porque nacen secos; sin alma y —a lo peor—, sin presente. El amor nunca crece si de raíz carece ni se riega con el agua de una buena voluntad. Sí, por ti aprendí que pronto se hace tarde. Que el buen amor no pide: ofrece. Pues, ¿cómo si no hurgaremos en la hierba? ¿Cómo obtenemos el oro de la paja? ¿Cómo enhebraremos el sedal en la aguja? si ni siquiera amor nos queda. Si pudiera darte un minuto de mi vida no te lo daría. Un minuto de mi vida no merece el suplicio de la mentira. Imagen por Luizo Vega

LA FELICIDAD QUE TRANSITA (versión 2018)

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Buscar la felicidad que nos eleva, nunca la que nos acomoda. Dejarse los ojos entre líneas de libros esquivos; borrar las zanjas del pasado: Olvidar el dolor. Olvidar quien lo causó. Buscar una felicidad lúcida, nueva, iconoclasta, que nos trascienda y nos atribuya al hacernos sentir partícipes y plenos ante un mundo que quizás no nos comprenda. Olvidar siempre, olvidar todo… Respirar de nuevo y borrar de los corazones la ponzoña de un mal sueño. Olvidar, olvidarte, olvidado…. Conjugo con gracia las fuerzas de la memoria y me crezco en ella. Rueda y conjuro permanentes. Cantar al Universo, con la garganta mirando hacia las estrellas: nuevos amores, nuevos universos, muchas posibilidades venideras… Cuerpos nuevos que transitar con gozo y la ternura que ignoraste ya pertenece a otros. De nuevo: olvido, olvidar, olvidado… Rueda de los muchachos, ciénagas del alma. Buscar una felicidad que sea acaso: una cama, un hogar en repos