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Mostrando entradas de febrero, 2017

Juan Claudio Álvarez y su "Soliloquios De Un Viejo Castillo"

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"Un castillo no se construye con una sola piedra, sino que la solidaridad de todas las piedras es lo que da sostén a cada muro. Y es la solidaridad de todos sus muros lo que sostiene la totalidad de la estructura. La piedra es uno mismo. El castillo se construye a sí mismo y se sostiene sobre la solidaridad de la vida humana. Esta es la idea central representada cada vez que la colla castellera se reúne. La claridad de la idea y el trabajo del conjunto permite que el castillo se levante y que la Anxaneta logre llegar a la cima y se yerga y nos salude. Este proyecto plasma en performance multimedia la construcción de este castillo, que nos cuenta cómo ha ido levantándose a sí mismo –a veces, tantas veces, gracias a todos y a pesar de sí mismo –." Son palabras de su autor (incontestables), pero yo, que me leo en ellas añado:  ¿Desde dónde construimos ese castillo? ¿Nos es útil? ¿Nos aísla del resto? ¿Nos oprime?, y de ser así: ¿qui

EL ARPA DE BÉCQUER | a Óscar López y Pablo Vilaboy

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Si no puedes deslumbrar con brillanteces dame al menos el arpa de Bécquer. Si no puedes deslumbrar con sensateces deja al tiempo creer que algo fuimos: que no fueron memeces. El amor sin tiempo nada vale, ni sirve, si crea simiente. Una historia sin miedo es lo que busco, para entender la pena de solo estar cuando encuentre de nuevo un amor al que le guste, deslumbrar con brillanteces. Foto: En la presentación de " Finales de Cine ", Alianza Editorial, (foto de 05/06/2011. Ateneo de Madrid.) De Óscar López y Pablo Vilaboy. Por vuestra admiración hacia el cine y por saber y poder contar esos 77 finales de cine para recordar.

ABANDONADO Y EN LAS ANTÍPODAS | para Hugo

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 Entra, te daré el pan de mi mesa y el beber de mi agua, y algún resquicio del vino de mi sangre. Purificaré tu alma y te ofrendaré con la angustia de mi duda o el sudor de mi sabiduría, todavía no erudita. Qué no digan las malas lenguas que te abandoné al deseo; pues fue quien nos forjó en una alianza de amianto. Tendrás la cama siempre lista para profanar mi imagen, pues mi cuerpo será sólo la isla de tu misterio: t ú así lo quisiste antes de marcharte. Cubriré los espejos que se helaron con tu imagen, con la sombra de tu ir y tu venir, en aquellas noches que decías no tardarías… Al día siguiente, volvías embriagado y soñoliento. ¡Ser viento y libre! proclamabas ufano, pues yo era entonces tu esclavo. Dejé la puerta abierta durante algún tiempo, las luces encendidas: el amor intacto. ¿Y cómo saber si vivimos en mundos paralelos?  Si tu cuerpo era un calco de mi cuerpo y tu alegría se cubría con mi llanto: ¿Cómo saberlo entonces? Sí, dejaré la puerta abie

AZUL CANALLA | Parámetros de vida

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Átame con fuerza en corto a tu piel. A no vivir más que de pan, a tu deseo vine. A la peligrosa y exacta noche donde se enamora el urogallo. A la ley, al cerco de cada día: al hastío de los siglos, porque entonces seremos inmortales. Que nos quieran siempre libres de hacer. Ya sabes: a eso que el amor en cualquier caso haría... Las semillas en el tiempo son parámetros de vida.

CANCIÓN PARA SIRENAS | de Cudillero

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—Dijo el marinero a la sirena antes de ser cazada: “Yo no me escondo debajo de una antigua fe. No guardo luto estricto al vacío. No mezclo el azar con el miedo. Solamente soltar… volver a amar me domina. Esa es la pauta: ¿acaso no es lo mismo?” —La sirena se lamentaba entre sollozos y algas, sentada en su roca, peinando su largo cabello con indolencia y cierto desdén: “No me escondo del amor, del miedo y el afán de los abrazos. De estrechar entre mis brazos mis peores pesadillas. No, ya no me escondo.” , aseveró el pescador. “Deja a las flores rozar tus rodillas esta primavera. Deja de llorar y tus lágrimas serán mares y océanos de alegría. Suelta el sufrimiento para luego volver a amar. Esta es la pauta marinero.” , aconsejó la joven sirena. Un zumbido raudo y sordo cortó el aire. El arpón la atravesó de lado a lado. No hubo tiempo, ni respiro: la brisa se heló. La sirena soltó su peine de nácar que se hundió en el Hades

BRUNO y PABLO (texto revisado), 2017.

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Cruzamos puentes que sólo la madrugada conocía. Anduvimos caminos que no condujeron a ningún sitio. Dijimos verdades con osadía de amante, que no tenían respuesta. Cerramos los ojos para luego poder ver   en las profundidades del asombro: todo fue vértigo y ternura.   Amor en desmesura. Se cumplieron sueños que no eran los nuestros. Nos traicionaron amigos que no habíamos conocido aún. Todo fue entonces un espejo empañado, pura contradicción. Tomamos las uvas del olvido el día de muestro primer aniversario. Contra todo pronóstico, nos seguimos amando. Pudimos perdurar en la oscuridad de la alcoba gracias a la luz de nuestros besos y a la alegría hecha de abrazos y de caricias. Nos levantamos cada día más tarde   para llegar puntuales a citas que ignoramos. El mundo siguió su curso, cabeza para abajo. Contra todo, contra todos: nos seguimos amando. El sol salía detrás de nubes de turbia lluvia que no mojaron a nadie ni a nada, pues no llevaban gotas. “¿Có