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Mostrando entradas de febrero, 2016

NOCTURNIDADES | En el reino de Taifa (revisado)

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Trabajas en los trapecios de la noche y la bruma; se inquietan las estatuas que ven tu paso. Te envidian porque posees un alma de nobleza y oscura soledad, q ue a ellas falta. Te rozan los duendes y el flash de la memoria. Doncellas sin flor, hombres sin corona. Todo tú, manifiesto eunuco en trifulcas, bares y sesiones publicitarias; adquieres las mil formas del deseo,  a manos llenas te llevas el alba.  -Hace mucho que sigo aquí-, me susurras. A tu llegada, ya en la ciudad secreta de Sforzinda,  de repente abocado y solo estás ante tu particular reino de taifa.  Todos se intrigan al verte, todos te rondan, te pretenden.  Vendes humo a tu paso y el esfuerzo no te cuesta, ni te daña la nada. Mas luego ileso y cansado te has ido mientas se apagan los excesos:  se duermen los últimos borrachos, se abren los colmados y el alba te roba todo el glamour. Como los pájaros cantas con voz prudente y silbas como sabiendo que la soledad no asusta. Regresas a tu cuarto muda

PANDEMÓNIO (Revisado)

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Crucifixión en santa devoción. Traedme al santo Jonás, a la ballena que fue bendecida en el Apocalipsis, a su hijo Josué, a Cristo mismo. Que vengan en púlpito sagrado. Yo les acojo. Les bendigo, les prescribo para el cielo, les ardo en el infierno y les perforo con mi deseo sin límite. Hijos proscritos del cuerpo, bendecirme, blasfemar, martirizar mi piel con suplicios inconfesables. Mis lágrimas serán del Redentor, su alegría. Mi amor será amor en desmesura. Abominar, fustigar, dilucidar; si fuera necesario, cual ladrón, cual proscrito: por ser mi cuerpo sólo de hombre y mi amor de hombre, solo de amor. Entregadme la seña y el santo, el salmo de la cercana salvación, la futura lápida que cubra mi cuerpo de escombros. Bendecirme, devocionarme. Traedme desde lo más alto a lo más ínfimo de los habernos. Llagas en mis manos de alegría, arrancadme el alma si fuera necesario. Sólo el alma bastará para cumplir con el mandato de Moisés –el hombre más cruel que jamás conociera–. Burie

ERR@TUM (Revisado)

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Me equivoqué de nuevo  – no tengo remedio –, v olví a dejar mi alma en los bares, en las cantinas, por las esquinas jugando al disimulo con mendigos, putas y traficantes. El miasma del mundo me trastoca, me incendia y deja en mí, un halo de extraña bondad.  No crean, no es éste un trastorno reciente, ni tampoco plagio de villano; ni tan sólo un vago ansia de fornicar. Es más bien un ceder a mi destino, al azar gratuito y vacuo de todo acto sombrío; donde se entrega algo más que un cuerpo, una intención y por ello; un alma.  Fe de erratas. Al día siguiente escribimos en el libro de los días: "noche indefectible y ciertamente de exceso, bronca y borrachera”. No me entiendan mal, es sólo eso; una fe errada... Fe, en los infiernos urbanos, en las pétreas perspectivas de lo humano, en los semáforos en rojo y el peligro: en los chicos de barrio y al final también; en las mentiras que huyeron rápidas como ratas.  La noche nos enajena a veces; otras nos invade con plenitud de cat

TUVE UN AMOR | de Viky Frías

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Tuve un amor que se marchó una tarde dejándome las venas encendidas, jamás volvió a curarme las heridas del fuego aquel que entre mis piernas arde. Sé que va por ahí haciendo alarde de su porte, su gracia resabida que domeña la plaza seducida; yo lo recuerdo a él como un cobarde. Tuve un dolor que me dejó, vencida, amarga sensación de mal querida; se fue, no queda llama que lo aguarde. En mi lecho una rosa florecida, en su alforja una rama enmohecida: eso dejó el amor aquella tarde. de Viky Frías , en " Miradas En Los Entresijos "  Ed. Liber Factory, 2014

FUEGO y OLVIDO | a Jon Jhon (New)

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FUEGO y OLVIDO | a Jon Jhon Escupir fuego y olvido  eso es lo que hacen mis dedos,  picoteando tu conciencia  con versos encendidos. Que del olvido, ya ni me acuerdo.  Fuego y olvido, olvido lento.  Fuego y ternura, y nubes de tiempo. Escupí fuego y olvido porque ya no sé usar tus recuerdos. Fuego y ternura, que el amor es del viento, mas el fuego..., ese es del tiempo. Santiago Calleja Arrabal Foto de Jon Jhon (Francia)

Uno de Esos Días | Opúsculo (Revisado)

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Uno de Esos Días | Opúsculo He dejado las nubes, los anuncios y los pronósticos para los tristes convictos. Televisivos personajes matutinos me inflaman los ojos y, por si acaso, se perpetúan en los medios más diversos; más allá de todo pronóstico. Rompo las ondas de mi radio sonora, me fumo el humo de los anuncios publicitarios mientras espero que el mundo se hunda aún más en el estupor.  Hoy ya he llorado dos veces, no de mera tristeza o por debilidad; sino de pura humanidad. Intento buscar el sendero que me devuelva hacia mi mismo. Allí donde perdí mi rastro, distraído y sin brújula, alzo los ojos ante el abismo que me acoge, y al que llamamos realidad. La ciudad es fría y metálica..., la rutina y ella, se aman. Siempre lo he sabido. Atravieso semáforos en rojo, me aventuro a subir a los campanarios de mi ciudad o me acomodo en silencio en las bibliotecas, donde ya ni siquiera los ratones se aventuran, (verdaderos habitantes entre los libros), sigo.  Hoy he toma

PoeSIDA, Premio de Poesía Certamen Muse & Pen 2015 (nuevo)

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PoeSIDA He venido con mis citas y mis versos y mi poca vergüenza a levantar conciencias: ¡a ver si espabilamos! Y escribiendo me descubro y me nombro en el intento por decir la verdad, lo mejor que urdo, lo mejor que puedo y me permite el poco tiempo que tengo; trabajando en oficinas como si fuera tonto. Escribo para saber que estás ahí, del otro lado del verso, callado y constelado esperando leer lo que ya conoces. Y es que tú, lector, no me necesitas para saber que aquel que escribe tan sólo recuerda al mundo que todos los versos ya están en su pecho, que sólo lo han olvidado. Escribo para perros que saben leer,  para gatos que maúllan y otras bestias. Para monjas que fuman puros, para ignorantes y sabios. Escribo porque me da la gana y puedo, porque no creo en el mundo y el mundo no cree en mí. Escribo porque me nacen raíces cuando no lo hago, me seca el miedo la garganta, toso y toso, hasta escupir los versos; hasta parirlos con la esperanza

NACER AL DESAMOR | a Germán de Brest (Revisado)

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NACER AL DESAMOR | a Germán de Brest Quisiera amarte con dulzura, casi con beatitud. La lentitud del tiempo de los abrazos amplia horizontes sin forma en la memoria. Y por quererte, borraría tu nombre para tener que recordarlo; para nunca olvidar cómo se hizo costumbre  amarte. La cerrada noche calada de azabaches y borrachos querubines solícitos, enajena. Es media noche en la ciudad. A la intención de un beso, abrazos. Al amor, voces y primaveras, y fértiles campos, como vientres de mujer: ávidos para el amor. A ti que supiste tocar mi noche desesperada. Ciertamente te debo la luz que ahora me arrebatas: “temo dejar un rastro que no te merezca; morir y nacer al desamor”,  -dijiste-. Imagen: Staiv Gentis y Luizo Vega, París 2015