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Mostrando entradas de septiembre, 2018

RIBERA DE LOS ALISOS | a Jaime Gil de Biedma

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Ya en el jardín, leyendo las horas muertas de un pasado errante (que no errado), al preguntarme si fuiste tú o yo acaso: dejar pasar todo pecado se impone. —“ Yo no sé hablar como tú ”—, explicabas. Entonces todo lo comprendí: porque en el pasar de las horas que pasaron está la enseñanza; que el tiempo todo lo aclara. Que el dolor se alarga y dilata, que no mata. Ya en mi jardín, metafórico lugar inexistente, donde palpita mi alma con tu frente y mis sueños se enredan con el viento, en ese nacarado lugar; presuntos amigos visitan mi cama llenándola de lisonjas oxidadas. Yo insisto sin el menor pudor que es a ti a quien busco en sus cuerpos. Que son tus abrazos los que pruebo entre los suyos. Pero ellos jamás lo creen. Ni tan sólo escuchan a la pasión que esconde la verdad oculta. Que no será desvelada, pues ellos a su vez, aquella “primera vez” buscan en mí, también. No sabemos más que antes, sino distinto a lo que fue.

Conversa d'Albert Om amb Ángel Pavlovsky (Homenaje en vida, 2018)

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 RAC1: ISLÀNDIA Conv ersa d'Albert Om amb Ángel Pavlovsky 05/09/2018 ¡Grácias Ángel!

PARALELO SUR (revisado), 2018

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Limpiando sintaxis, desempolvando diptongos, royendo antiguas metáforas. Otra vez sólo, paralelo sur de un horizonte quebrado. Tan lejos, tan cerca que sólo un disparo dista de tu amor y mi ribera. ¡Ya no me traigan la vida; que no quiero verla! ¡Qué la conozco de cerca!   Y sin recorrerla, apenas también la tuya que se parece a la mía como el mar a la arena.

INCIERTA GLORIA | Al cielo que aclamo, nuevo

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Que la vida iba en serio era algo que aprendí con el tiempo. No muy tarde, por entonces supe que el amor es efímero, fútil y quebradizo y por ende; necesario a la existencia. Que aporta límite, sentido y da forma al deseo dentro del caos que nos habita. A la hora de dormir el hombre olvida los actos cotidianos: un silencio profundo lo adormece en la cómoda ponzoña del sueño. Cada noche esa persistente dualidad es el eco que nos embriaga con presagios inconfesables. ¿Cómo ser yo y los demás a un tiempo? ¿Cómo despojar cada noche mi ser, si me sumerjo en ti (¡alma mía!), duda mía y carne aterida, aurora de mi promesa? — ¿Cómo hacerlo si todo es ardid: una quimera?— Al día siguiente, al despertar en perfecta rutina al son del cepillo de dientes, el jabón y sonido de cafetera, ducha rápida y música clásica; todo se recompone de nuevo en extraño ditirambo de rutina. Todos los días en todas las ciudades se levantan los muertos de sus fé

PALABRA DE AQUELARRE | ¿De qué trata el poema?

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Talismán. Comunicación corporal. Expresión corporal. Amor es igual a dolor. Experiencia trascendental. Semen, rosas, sangre. No juicio. Frase: “Mantra escrito en sangre”. La sábana blanca: habitación vaginal. ¿Violencia es amor? Fluidos. Puritanos del alma. Amor como residuo de la sociedad. El dolor canaliza el trance de amar. La “performance” es directa: interpela. La sangre escrita en un pacto bíblico. Amar es un pacto de sangre. La intimidad del cuerpo. La rosa es símbolo de amor, pureza, pasión: es dolor que regenera. Desnudez y honestidad. La sangre es fuerza de vida; nos une. ¿Desfallecimiento o trascendencia? Caminar sobre rosas y espinas. La salida es la resiliencia. La canción es ternura… ensimisma, — ¿Superar es justificar?— El arte apela al inconsciente.          No juicio.                    Fin.

ENTRE EL CIELO Y LAS NUBES (revisado)

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Te bebes el tiempo como el ladrón hurta los momentos, con el descaro de un ángel forajido. Dices que todo te va mal. Qué la vida no t e corresponde, que no recibes lo que tú das.  Y digo yo: si te lo gastas todo en putas y chulos, que llevas a tu casa en la madrugada más penosa. Y luego te roban o si no, te drogan y roban; digo yo que la vida ya te corresponde: Te da lo que tú le robas... y lo que le robas; no a ti te lo das. Luego te vas triste y con desvelo, llorando y diciendo que nadie te entiende, y haciendo chasquidos de niño pequeño. Déjate de panoplias y silogismos. Lo tuyo es un cielo sin luz ni ángel, una sierpe y un Decamerón ilustrado sin final feliz. Lo tuyo, son los chulos y los demiurgos de miseria, el hambre que come de la mano migajas de placer y llanto. No te juzgo: te nombro entre los que hicieron del infierno su aurora. Algún día, solo alguno, será posible reír entre el cieno y las nubes.