RECTO VERSO | NOVIEMBRE y DICIEMBRE 2018

No parece normal tener que pedir permiso A estas alturas de la vida. Tanto tiento Tienta tanto, el tango.

Su poesía es sincera, llana e imaginativa. Un nuevo valor a tener en cuenta en el panorama urbano de autores de Barcelona. Aquí os dejo dos poemas que tan amablemente me cede para este blog. Gracias amiga. Nostalgia Ayer, caminando por el barrio del Raval de mi ciudad pasé por debajo de la casa en qué vivía cuando estudiaba. Allí el Amor había tomado mi cuerpo con su maravillosa fuerza. Y ayer, después de tanto tiempo cuando pasé por la vieja calle polvorienta del Casco Antiguo, de pronto embellecieron por encanto del Amor, las tiendas, los bares, las aceras, las piedras, y las paredes, los balcones y ventanas; putas maricones, moros, negros que con sus miradas acechaban el silencio. Nada feo quedaba allí. Y mientras me paraba y miraba la puerta, y me paraba y se me hacía tarde debajo de la casa, todo mi ser exhalaba la emoción placentera que perdura siempre, como hermosos cuerpos de muertos que no envejecieron y que encerraron, entre lágrimas un esplén

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso. Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense. Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán: “¡Es hora de embriagarse!" Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Charles Baudelaire Foto: DAVID ALFARO

Hubo un tiempo Impreciso y limitado Ante mis ojos. Hubo un tiempo Que es presente, finito, Y a lo largo de mi espíritu recorre como ansia El viento de la muerte, recorre en movimiento continuo La fuerza de lo terminable, porque lo que es ansiedad, el tiempo apaga el alma podrida, Y lo que es misterio Recorre en mis manos la nada y el todo, porque todavía no hay lucha Que pueda encender la luz de la muerte Ni tengo hambre de escuchar Mi cuerpo y mi forma difusa. MAITE GABRIELLE 1990

Escribo para niños que mañana serán hombres, mujeres, sabios, médicos o arquitectos. Escribo para monjas olvidadas, para putas que son honradas, para amantes ignorados que no acaban de llegar, para ancianos y jóvenes; mujeres casadas y fieles y para las amantes de sus maridos a quienes no les importa ser inconscientes a fuerza de tener lo que no les pertenece. He venido con mis citas y mis versos y mi poca vergüenza a levantar conciencias (a ver si espabilamos) Y escribiendo me descubro y me nombro en el intento por decir la verdad lo mejor que urdo, lo mejor que puedo y me permite el poco tiempo que tengo, trabajando en oficinas como si fuera tonto. Escribo para saber que estás ahí, del otro lado del verso, callado y constelado esperando leer lo que tú ya conoces. Y es que tú lector; no me necesitas para saber que el que escribe tan sólo recuerda al mundo que todos los versos ya están en su pecho, que sólo lo han olvidado. Escribo para perros que saben leer, para gatos