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Mostrando entradas de 2016

NACIMIENTO DE CRISTO (F. G. Lorca) de "Poeta en Nueva York"

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NACIMIENTO DE CRISTO (F. G. Lorca)  " Poeta en Nueva York " Un pastor pide teta por la nieve que ondula  blancos perros tendidos entre linternas sordas.  El Cristito de barro se ha partido los dedos  en los filos eternos de la madera rota.  ¡Ya vienen las hormigas y los pies ateridos!  Dos hilillos de sangre quiebran el cielo duro.  Los vientres del demonio resuenan por los valles  golpes y resonancias de carne de molusco.  Lobos y sapos cantan en las hogueras verdes  coronadas por vivos hormigueros del alba.  La luna tiene un sueño de grandes abanicos  y el toro sueña un toro de agujeros y de agua.  El niño llora y mira con un tres en la frente,  San José ve en el heno tres espinas de bronce.  Los pañales exhalan un rumor de desierto  con cítaras sin cuerdas y degolladas voces.  La nieve de Manhattan empuja los anuncios  y lleva gracia pura por las falsas ojivas.  Sacerdotes idiotas y querubes de pluma  van detrás de L

CONSTRUCCIÓN DE UN CASTILLO DE NAIPES

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He transitado la noche de las almas por calles y lugares donde apenas el mundo se reconoce a sí mismo. He buscado una certeza que me aparte del dolor: un lugar soleado, un abrazo. Cada vez que te veo, en ese encuentro ya cansino con tu sombra, practico con inusitada malicia el arte de construir ficciones. Pongo toda mi fe, entonces, en esa manera tuya de asirte a la noche; como un poste clavado al suelo buscando en el infinito lo que todos buscamos y jamás supimos encontrar. Tu sombra se alarga por la pista de baile, pisada por una muchedumbre torpe que chapotea al son de un ritmo cuatro por cuatro. Es madrugada en la ciudad. Transito como la espuma entre empujones, ruido… No nos miraremos, pues cómo decirlo: cada vez que te veo siento el mundo sobrevenir en espanto. Dulzura y límite e intriga por saber, cómo pudiste cambiar esta mera trivialidad por nuestro amor. Cadavérico te marchitas a solas, anciano ya en tu juventud y aún piensas que el mundo te acompaña. Yo me sigo p

El Espejo Blanco de un Hada (prosa)

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Como cada año llegan los turrones, el cava, las cenas con amigos, familia, empresa… Llegan los regalos y los gestos bondadosos. Todo está preñado de doble simbología, nutrido por una doble moral. Luces en las calles, gentes sonámbulas y niños atiborrados de promesas e ilusiones y, a lo peor, de falsas revelaciones. Como cada Diciembre pervertimos el código, mudamos los malos sentimientos y nuestro perenne esfuerzo por compensar miedos y egoísmos, nos deja en la razón su quemadura: “Nos miraremos de nuevo en el espejo blanco de un hada”, me decía mi madre la Navidad de 1977 (yo tenía diez años). Conscientes o no, los fantasmas de la Navidad nos visitan todavía… Proclamo que este año por Navidad seamos insensatos, lloremos o riamos: despojemos de lo absurdo los recuerdos empolvados de la infancia (que los miedos causen baja también). Es momento de mirar atrás con cariño, del recuento de promesas incumplidas, de maldecir tantos sueños y territorios robados, o mal contados y

Poema de Juan Claudio Álvarez

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Hola, hace tiempo que no hablaba: me la había pasado bebiendo, viviendo, fumando, tirando por ahí las cosas: es tan duro volverse a morir y después volverse a vivir. Y yo me fui. Ahora, que sepa usted qué tanto me ha servido, y no me ha servido: no hay nada más que ver, y verá usted: nada. Fui mendigo tantas veces. Tantas veces me volví a morir, y tantas a vivir. Me fui de todo lo que es vivir y lo que es morir, para morir y vivir. Así que llenad vuestras copas con lo venido en vuestra alma. Y ahora, no vaciéis vuestras copas. Antes bien, hagamos esta gran copa en donde también escanciar este Oro que me he traído para vosotros en el alma. A todos los que habéis sido: fuente abierta de mi sangre y mi recuerdo, a través del río de un abrazo que es la vida: ¡bebamos! Aquí tenéis estas botellas que siempre guardé para vosotros en el rellano de las tardes. Venid, abrazadnos todos a estas almas rojas de corazón y vino. Juan Claudio Álvarez (poe

EMBRIÁGAME | La orgía (versión definitiva)

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Anoche me acosté con todos vosotros, poetas, mis ladrones de vida y deseo. Al abrir un libro fuisteis saliendo uno a uno de entre las hojas y postrando cuerpo y figura alrededor mío. Con vuestros cuerpos ilustres y llenos de pedernales, me tomasteis... Kavafis mordía mi cuello con suave benignidad de gato. Wilde ya había introducido su mano sin guante en mi entrepierna y la acariciaba mientras al oído profería fragmentos de su “ De Profundis ”. Con Allen Ginsberg se desató la orgía: yo era vosotros y vosotros yo mismo, y quería ser abusado. No vino sólo aquél, también Ana Rossetti, la italiana, ofreció sus pechos y su vulva al santuario encendido de la pasión. De pronto, con turgente presencia y lúgubre mirada surgió Pasolini que hundió su boca en la mía en busca de mi lengua. Al despertar, os habíais marchado todos y desnudo, las sábanas revueltas y mal decirlo, manchadas por el exceso, quedaron sobre el aliso de mi asombro. —Dormir con los poetas es, a fin de cu

CELEBRACIÓN DEL LIBERTINO | a Luís Antonio de Villena (revisado)

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De tu celebración se evaden los osarios, sepulcro de tanta ira, de tanto amor amargo y lucidez. El mar se pierde y el otoño no acaba de llegar. Y cierras tu pecho, como la noche se queda sin estrellas. Como un vino añejo que nadie bebe: mártir de tu cordura, locura de tu razón. Amaneceres y afanes, la soledad sólo quema. Un amor que no comprendió nadie, sin la prudencia del bosque sin canto de pájaro, sin rayo de luna, y quema todavía: esa herida quema.   Sueño solo, de amor solamente roto. Partes de un límite mío seguro de creer —amigo mío—. Y lo real que ya es ficticio, derrama su retorno sin frontera por la entraña tierna de tus muslos hechos para el amor. Y un ser oscuro vendrá, y uno luminoso que lo vela. Y un ser oscuro tentará donde las iguanas cantan: abajo, en el río, debajo del puente... Y un ser oscuro lamenta tu falta de tinieblas, y un ser luminoso tu falta de estrellas. Debajo del puente hay un mundo de

POEMA DÍSCOLO, versión definitiva

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POEMA DÍSCOLO No te gusta que no sepa la verdad de nada, que no invente misterios, que ignore los nombres y apenas las formas recuerde. No te complace que me rían las mentiras, que no compre pena y me fume la ilusión: que no robe palabras. No te crees que camine sobre brasas, que no me sacie de vida ni me complazca la nada. Y te molesta que no use los codos, ni sienta malicia, ni envidie o ame tan poco. Te desconcierta que resista todavía, que nada me importe, que sólo atienda al qué y no al cómo. Te incomoda mi vida y no comprendes que me ría de la tuya, la soporte que la acepte, la comparta. No te gusta que no quiera ser el jefe, ni disponga más que de calderilla: que no precise de más porque sospeche indefenso que menos es más y más es menos.

LA SUTIL LEVEDAD DE DOS AMANTES, versión definitiva

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LA SUTIL LEVEDAD DE DOS AMANTES Los dos están desnudos sobre la cama sola, y no saben que la vida este instante no repite. Los dos, jóvenes y mansos, compiten con el temor y la duda. Ignoran que la vida no sabe nada, y menos aún esta sucia sociedad idiotizada. Ellos aman los instantes de sus cuerpos con ternura, con respeto, con furia y fuego, con alivio… Y se aman en un beso de eternidad que no se acaba. Los dos están desnudos y no saben de silencios. Ignoran que mañana ese amor será inconcluso, levemente incomprendido y amordazado a la nada. No es de ellos —no señor—, la flecha y el odio que les cerca. No son suyas las hipócritas palabras: los chistes, las risas, los insultos o acaso la sucia envidia. Envidia por ser únicos, bellos y distintos. Distintos, como cada quien es en una sociedad que inventa la flecha y el veneno que les mata.

ZAPATILLAS PARA EL CIELO | a Gloria Fuertes (versión definitiva)

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ZAPATILLAS PARA EL CIELO | a Gloria Fuertes Me gusta la vida que dejaste, acompasada y terca, revuelta de loca ensoñación y migajas de realidad. Me gusta ya no encontrarte en mi cama cuando me marcho al trabajo, no pagar tus facturas. No recibir tu correo, ni limpiar los pelos que dejas en la ducha: ¡eso me gusta! Del olvido y la felicidad ya ni me acuerdo: el dolor y el odio se fueron disipando, como la voz y el eco que los repite. Soy la piedra que se lanza al río y se la lleva el agua. Un canto rodado, un buscador de luz y pedernales. Eso sí, me compré unas zapatillas nuevas y un hatillo: ¡Me  han dicho que con eso basta para ser feliz!

ESE TIRONCITO DE CORBATA, versión definitiva

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ESE TIRONCITO DE CORBATA Viniste a llevarte el tiempo: “ he traído mi pijama de rayas ”, dijiste. A batirte en duelo con la vida, con el Cuélebre y el Fauno, con el Grifo y el Basilisco: en intrincado misterio viniste. A juntar la sombra y el hálito de la pasión, a borrar mis días y beberte mis noches: a eso viniste tú y los tuyos. Que no al amor en fronda, a regalar pasión y maravilla o dulces besos, también. A tenerte que marchar todos los días por la angosta estrofa de un poema, y al olor que luego dejan tus besos de loco enamorado —distraído todavía—. Y dijimos sí, que luego era no, y al final fue que sí. A eso viniste: al cerco y al sueño. Al roce perfecto y fugaz, y al deleite errante de mis días. Mas, cuando subido a mi espalda, pegado a mis pecados te derramas, un ruiseñor inunda el campo en llanto y los ángeles recogen todas las estrellas, pues tú las eclipsas con picardía. Camarada, ¡loco de la pasión!: ¿Quién fuera alma tuya? ¿Quién tu piel aterida,

UN NIÑO PALESTINO DE SEIS AÑOS | para Angélica Liddell (versión definitiva)

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UN NIÑO PALESTINO DE SEIS AÑOS | para Angélica Liddell Yo no sé qué hace falta para ser necesario, y si lo supiera no te lo diría. De repente, la nada se hace necesaria como las balas que matan, como el dolor y la muerte: ¿necesarios? ¡Yo no sé qué coño hace falta para ser necesario, y mucho menos para ser una buena persona! Hoy he visto matar a un niño palestino de seis años. Un hombre corpulento y de uniforme le doblaba el cuello, subido a sus espaldas. Como el dolor y la muerte: ¿necesarios?           ¡Yo no sé qué mierda hace falta para ser necesario! No creo en el hombre que puede matar. No comprendo cómo se puede matar a un niño palestino de seis años. Hoy ya he vomitado tres veces... Me siento sucio, descreo: lloro y vomito y todavía no sé qué hace falta para ser necesario. Pero intuyo que si tú no lloras, vomitas y descrees, entonces estás muerto, y mi poema no te alcanzará. Yo no sé qué hace falta para ser neces

SÓLO a VECES, sobre los ángeles (nuevo)

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SÓLO A VECES   (sobre los ángeles) A veces y sólo a veces, un ángel visita mi casa.  Ellos nunca saben que les debo la dicha: la dicha de ser otro, distinto a veces... Sí, un ángel visitó mi cama.  Son entonces tiernos sus pasos y el hálito de mi pasión enloquece. El miedo me tienta y susurra al oído: " Sus alas de pluma son el deseo de los dioses ". El amor, como la pasión en su fronda, adolece de hermosura sino es compartida, compartida con ellos que son el mismísimo amor. Ensombreces, adoleces, amas, y feneces. Lo sabes: e llos son del mar  y regresarán a la manada. Sí, a veces  un ángel visita mi casa: s ólo a veces.

NOCTURNIDADES (versión definitiva), Noviembre 2016

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NOCTURNIDADES Trabajas en los trapecios de la noche y de la bruma. Se inquietan las estatuas que ven tu paso. Te envidian porque posees un alma, de nobleza y oscura soledad que a ellas falta. Te rozan los duendes y el flash de la memoria: doncellas sin flor, hombres sin corona. Todo tú, manifiesto eunuco en trifulcas,  bares y sesiones publicitarias.  Tomas las mil formas del deseo:  a manos llenas te llevas el alba.  “Hace mucho que sigo aquí”,  me susurras al oído. A tu llegada, ya en la ciudad secreta de Sforzinda,  de repente agotado y solo estás  ante tu particular Reino de Taifa.  Todos se intrigan al verte,  todos te rondan, te pretenden.  Vendes humo a tu paso, y el esfuerzo no te cuesta, ni te daña la nada. Mas luego, ileso y cansado; te has ido mientras se apagan los excesos, se duermen los últimos borrachos, se abren los colmados y el alba te roba todo el glamour. Como los pájaros cantas con voz prudente y silbas como sabiendo que la soledad no

"PRESCRIPCIÓN FACULTATIVA" | a Luís Muñoz

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"PRESCRIPCIÓN FACULTATIVA" | a Luís Muñoz                                                                                                           No a evitar la entrada.  Aprendemos si acaso  a encontrar una salida. en " Manzanas Amarillas ", Luis Muñoz Salida que a buen seguro indique el camino más fácil. Fácil como la duda que te asalta, la pena que te embarga, el hastío que sabes no es cierto. Evitar la entrada.  Tensar la flecha en el arco. Domar el deseo. Ignorar que la verdad está en lucha contra la dicha, con tu verdad que, huelga decirlo:  es verdadera sólo para quien así lo crea. Hacia tiempo que el deseo no tomaba la forma de humano. Tan sólo era un vago ansia de fornicar, algo abstracto: prescindible. Yo no te esperaba en aquella hora cierta de lo imprevisto. Tú juegas. Ignoras que detrás de todo tiempo aguarda el deseo... é ste no sabe de juegos. No evitar la entrada... " Una cada ocho horas, sólo si hay

El Alma (del libro "Primeros Poemas", recopilación de Ana Ferrero, 1986

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EL ALMA  ("Las Gotas De Color", poema VII) del libro: " Primeros Poemas ", 1983-1986  (auto-edición) ¿Por qué se confunde al alma con las esencias del negro? si aún bebiendo en la fuente, sediento, no bebo. En la tierna frescura del alma  una espina florece. Y es a ésta a la que miran y no entienden... Un gran suspiro en el tiempo por tal delito alivia tus esperanzas. Te piden la vida. La ofreces. Y ni las más grandes manos,  expertas, la abarcan. Vuelve a ti la ternura reflejada en ojos que amas. No entienden... y amas. ¿Quién puede rechazar acaso, la calidez temprana, la brisa espumosa del viento que jugando al galope de las olas; se resiste abandonarlas? ¿Quién?, la belleza de sentirse vivo, acoplado en nada. Reconoces el pedestal donde bebes. No te extraña su mirada. Mas presientes que se alargan los peldaños en su infinita ignorancia. Tú amas. Quizás con más fuerza  que a un ser querido. Como jamás se ama... Es impos