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Mostrando entradas de agosto, 2017

El Tango (micro-poema) a Luizo Vega, 2017

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No parece normal tener que pedir permiso  a estas alturas de la vida.  Tanto tiento  tienta tanto:  el tango.  

EL BESO

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EL BESO Un día construiremos castillos de amor  sólo con besos y otras delicias que callo...  Sólo con besos se tapa la boca al tirano, el idiota queda mudo y el mundo, alucinado. Fíjate tú... sólo con besos. A mi Barcelona y a mis Ramblas,  de mi alma.

Odiseo y Orestes

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“Los poéticos ojos, el pálido rostro, nunca hallaré de nuevo aquellos labios” Constantino Kavafis No pude acceder al vitral costado de tu nombre, hecho cuerpo, lúcido y sabio;  solamente concebido como insomnio de la Hélade, en la antigua región de Anatolia. Tu cuerpo, fulgurante canto o ruego, será también queja ensangrentada, lápida de la memoria y río donde bañar —no sin pena—, el recuerdo de tu presencia. Las manos sabias y rugosas. La tez de héroe troyano. ¿No fuiste tú, acaso, quien enterró los astros aquella noche sin luna desde Ilion? Su antigua gloria fue la pena de Troya, explicabas. Desde Ítaca llegaron con fulgurante furia, luciendo flagrantes la ira de su conquista, los griegos. Más tarde, fuimos ambos náufragos nocturnos cercando el fuego de antiguos imperios. Cantamos versos y bebimos himnos en duermevelas de amor: Píndaro, Eurípides o Virgilio... Todo hablaba de nosotros: toda estrella vista, todo montículo vislumbrado, todo acto de imaginación nos c

LA COGIDA Y LA MUERTE | a las víctimas de Las Ramblas (BCN)

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"Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" Federico García Lorca "LA COGIDA Y LA MUERTE" A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde. El viento se llevó los algodones a las cinco de la tarde. Y el óxido sembró cristal y níquel a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde. Y el mundo con un asta desolada a las cinco de la tarde. Comenzaron los sones del bordón a las cinco de la tarde. Las campanas de arsénico y el humo a las cinco de la tarde. En las esquinas grupos de silencio a las cinco de la tarde. ¡Y el dolor solo, corazón arriba! a las cinco de la tarde. Cuando el sudor de nieve fue llegando a las cinco de la tarde, cuando Las Ramblas se cubrieron de yodo a las cinco de la tarde, la muerte

LINDSAY KEMP: el hombre que vino del cielo

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Con 79 años de edad, el bailarín, mimo y coreógrafo británico Lindsay Kemp continúa conmoviendo al público con espectáculos como Kemp Dances, con nuevas creaciones y revisiones de piezas clásicas alrededor del amor, la vida, la muerte y la locura. Kemp, el hombre que enseñó a David Bowie y Kate Bush a teatralizar sus espectáculos, escandalizó y, a la vez, maravilló la escena mundial cuando, durante los años 70 y 80, cruzó teatro, mimo, danza, tradición y experimentación con una fuerza inigualable.  Tiempo después, y con la máxima todavía vigente de “una inmovilidad cargada de emociones vale más que cien gestos mecánicos”, Kemp nos deja boquiabiertos con piezas como por ejemplo Nijinski, con que evoca la locura mística del legendario bailarín de los Ballets Rusos, y Ángel, en la cual un alma sin identidad se convierte en símbolo de la esencia humana, el renacimiento y la esperanza. Un “monstruo sagrado” del teatro del Siglo XX, como se lo ha llegado a definir, removiéndonos tod

LA PIPA | de Magritte* (nuevo)

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Esta pipa no es una pipa sino el asidero de tu ignorancia. El límite preciso de tu miseria. Quizás se parezca al lugar donde van ancianos pensamientos, los sapitos del asco, la lujuria trasnochada o la hoguera de tus vanidades. Todo conocimiento remite al caos del que procede. Es decir, lo que ves no es lo que ves sino lo que sugiere. Ese es el trazo de la realidad que se confunde con su metalenguaje. Si, lo sé: “no me interesa” y hundes la cabeza distrayéndote de lo importante. No, no es el mundo que observas cabizbajo sino el que desearías y por el cual vives. Ahora, levanta la cabeza y mira. Esta pipa no es una pipa, insisto. Mudas la visión, te retuerces de puro desespero. Ingresas en una dulce estupidez de estupefacientes. “No me gusta la vida”, alegas. “Si, a nadie…”, respondo; pero vuelve a mirar y dime: “¿Es esta pipa una pipa?” ¿Cómo? ¿Te importa lo más mínimo? Abandono todo intento por hacer que pienses más allá de tu mañana, siquiera de tu presente. Aleja

EGÓLATR@ (nuevo)

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Vivo del humo y del aire, de un suspiro que salió de tu costado. Me pierdo en los espejos, en las laderas de los ríos mudo mi talle. Hago espadas con los deseos para luchar en los mejores torneos. Busco el humo de tu mirada, me alimento con cada sílaba robada. Nada es mío, nada me pertenece. Soy por ende en los demás: Animal de la noche, vampiro de la mañana. Nada creo que no haya consumido antes. Juego al cerco y al laberinto. Nada me es dado, ni la belleza siquiera, ni la fama de fauno… Nada es mío. Has puesto en mí todo lo que en ti quedaba. Ven, toma este cuerpo y gime con el viento. Me muestro en todo y me presto al deseo solamente por el placer de mostrarme  y me vanaglorio por ello. Atravieso los espejos de tus ojos  que son un sendero huidizo. Tampoco ese mérito es mío. Soy tu holografía acariciable,  visión de un mundo virtual y canalla. Aplaudid, aplaudid… ¡Con júbilo os bendigo! He robado tu deseo  — ¿Lo sab

POEMA BREVE (nuevo)

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Y si los ojos cierras que sea de sueño y no indiferencia. Que si te espanta lo que ves y no lo sientes,  porque no te toca, te equivocas. Que los ojos se hicieron para ver y los oídos para oír,  mas el corazón, ése se hizo para amar y no juzgar. Santiago Calleja Arrabal Agosto 2017

EL MUCHACHO GRIEGO (101 Kid), nuevo

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Mikonos, 1988 Viniste a robarnos la inocencia en un solo día. Nadie dijo tu nombre de forma más tenaz, más verdadera que durante aquellas tardes, al sol de nuestra presencia; cansancio de un verano que aún hoy recordamos. Tomaste carne y materia e hiciste aquel chiste fácil de muchacho indolente que tanto fastidio me causó. Yo era un espejo entonces donde los muchachos reflejaban su belleza con asombro al abrazar a quien fui con apenas veinte años.  Vivimos noches insomnes al son de besos y de abrazos. Confesiones que hoy no pretendo revelar. Hay tantas voces por cantar, tantos cuerpos que profanar y tanta egolatría mal administrada, pensé. Al día siguiente a tu llegada de la isla Lampedusa toda la casa ardía. Todo era fulgor y luz. Nadamos en la piscina: del salón a la cama, de la cama al arenal, de la ducha a los abrazos… y ese calor que nos ardía sin cesar. Dijiste: “ he traído mi pijama de rayas ” y yo te miré con recelo, envidia y algo de rebeldía pues, cóm

EPIFANÍA | Poema para todos los días (revisado)

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En un rincón del corazón se miran los sueños como se miran las promesas incumplidas. Si bajas la cabeza no verás el sol, pues las nubes del alma anunciarán que si alzas la mirada,  el sol salga. Texto & imagen Santiago Calleja Arrabal

EL VISITANTE (nuevo)

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Cuando te asomes a una ciudad déjate arropar  por los ojos de quien bien la conoce. Una ciudad no son sólo sus calles o los museos donde se gestiona la cultura enlatada y tasada, tampoco las ventanas con la ropa colgando, las plazas mayores, los escaparates o los inventos que el mundo moderno aliña como reclamo y promesa de consumo: de felicidad y ocio mezclados. Una ciudad es un diccionario extraño donde se escriben palabras nuevas y donde se anotan desde el corazón significados que tu mente antes no sabía.  Esa es la sintaxis del viaje. Una ciudad son (por supuesto) los gestos, las miradas y la generosa paciencia y compañía que, sin ser origen de culpa, ofrecen cobijo, abrigo y una mano amiga. La ciudad son sus gentes y es siempre una apuesta generosa que desde el corazón –insisto viajero–, te brinda ese pueblo.  Los ciudadanos que habitan las ciudades son sabios, allí donde las guías de viaje mienten. Nunca olvides que quien te hizo ver eso que ahora tan

Recto Verso (nuevo)

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Me equivoqué de nuevo —no tengo remedio—, volví a dejar mi alma en los bares, en las cantinas, por las esquinas y jugando al disimulo con mendigos, putas y traficantes. El miasma del mundo me trastoca, me incendia y deja en mí un halo de extraña bondad. No crean, no es éste un trastorno reciente, ni tampoco plagio de villano, o acaso una vaga ansia de fornicar. Querer ceder a mi destino, al azar gratuito y vacuo de todo acto sombrío donde se entrega  algo más que un cuerpo, una intención y por ello, un alma. Fe de erratas. Al día siguiente escribimos en el libro de los días: “ noche indefectible y ciertamente de exceso, bronca y borrachera ”. No me entiendan mal, es sólo eso; una fe errada... Fe en los infiernos urbanos, en las pétreas perspectivas de lo humano, en los semáforos en rojo y el peligro, en los chicos de barrio y al final también, en las mentiras que huyen rápidas como ratas. La noche nos enajena a veces, otras nos sorprende con plenitud de catecismo. Algo