“El primero… Desearte”, primer libro de esta audaz autora (Reseña)



Manual de Tentaciones
(a Mabel, con afecto y admiración)


Dice Mabel Escribano: “Ser una fantasía ajena es muy fácil, lo difícil es ser una realidad propia” y se queda tan ancha. Este golpe de sentido, esta perífrasi conceptual, no es un tema baladí.  Y es que la obra de Mabel pide nivel al lector y éste, si no lo tiene, lo acabará desarrollando en el trámite de la lectura: ¿Qué más se le puede pedir a un libro de poemas? 

¿Qué nos trace la ruta, nos despliegue el mapa, nos ande el camino, qué viva acaso, por nosotros la aventura? No, eso es sin duda competencia del lector que se acerca curioso a este libro de bella portada (sin saberlo), a ser aleccionado en la fantástica tarea de dar fe sobre el Amor, la Pasión y el Paso del tiempo (que son para mi, los temas centrales de esta obra)

El primero… Desearte”, ópera prima de esta audaz autora, consta de tres partes. Construido al modo de un caligrama, ahonda en la naturaleza del deseo, de un deseo que se sabe cierto e inmenso por ser antes vivido en carne propia. Un deseo escrito en clave femenina, por y para mujeres. De todas formas, el lector varón no quedará al margen pues los poemas son sin duda de una gran calidez y acierto literarios y cuyos temas rozan lo universal. 

Toda la obra está atravesada por una fuerza poética que recuerda en ocasiones el trazo de Luís Cernuda (ya saben, autor de: “La realidad y el deseo”) Hay también, guiños a grandes poetas como Walt Whitman, es el caso del poema “Canto a mi cuerpo”, una rotunda afirmación de feminidad propia y un ejercicio necesario de auto estima.

En total la autora, nos regala 76 composiciones paridas desde las entrañas, directas al corazón por lo vividas y porque se saben ciertas a través de la propia experiencia. A saber:

El Sueño del deseo (11 poemas), La Realidad del deseo (36 poemas) La permanencia del deseo (29 poemas). Dice Mabel:

“Dame el tiempo de una sonrisa tuya | el sonrojo embarazado de tu mirada | cuando el placer te cruza de norte a sur | y podré ver ese cielo en el que no creía, antes de conocerte” (del poema DAME)

De esta guisa se las gasta nuestra autora, tan nuestra que al final de este necesario recorrido que os sugiero iniciar, el lector se queda un poco perplejo, quizás un tanto desazonado, pero sin duda mecido y absorto por este golpe de sentido, tan femenino, tan “Mabel” que sin lugar a duda no dejará indiferente a lectores de cualquier plumaje.


Santiago Calleja Arrabal
14 de Diciembre, 2013



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