Carpe Diem (Diálogo de los Esenios)
Lo decía Malaquías, pronosticado por Nostradamus y Parravicini, revelado por Ezequiel de Urbino y otros profetas díscolos: “El amor es cosa de hombres que saben perder” Un día después del naufragio entre tus brazos, repliegas velas y te haces a la mar; a volver a las redes, al viento y las mareas (ese es tu medio)
Los Coptos y los Esenios, venidos de otras latitudes de otros tiempos, violaban mujeres, quemaban hogares y mataban inocentes niños. Hoy la conquista es más “leve”, no menos atroz en resultado sino diluida en el arte del disimulo. “Te mato de amor para que no sufras más”. Me lo advirtió la bruja del Borne, “Eres el elegido de Zeus, ésta y muchas otras noches donde deberás beber la sangre de los inocentes y ofrecerte sin mácula al deseo, sucederán”
No me juzguen, no sirve de nada.
Estoy tocado por el rayo de una inteligencia inexplicable porque ya lo dicen los Orcos y los Mayas en sus leyendas: “No hay más ciego que aquel que no quiere ver, ni más villano que aquel vestido de ángel, piel de cordero”. Apóstoles junto a Tolomeo y otros arcanos maestros pronosticaron mi llegada, también mi caída, pero fueron tus brazos quienes me recogieron en una noche llena de afanes. Rápido, hoy la madrugada nos espeta una tácita rutina al despertar. Ducha rápida, café y una “matrix” manchada de espanto.
Tú, por lo menos perduras en la inocencia.
Los Coptos y los Esenios, venidos de otras latitudes de otros tiempos, violaban mujeres, quemaban hogares y mataban inocentes niños. Hoy la conquista es más “leve”, no menos atroz en resultado sino diluida en el arte del disimulo. “Te mato de amor para que no sufras más”. Me lo advirtió la bruja del Borne, “Eres el elegido de Zeus, ésta y muchas otras noches donde deberás beber la sangre de los inocentes y ofrecerte sin mácula al deseo, sucederán”
No me juzguen, no sirve de nada.
Estoy tocado por el rayo de una inteligencia inexplicable porque ya lo dicen los Orcos y los Mayas en sus leyendas: “No hay más ciego que aquel que no quiere ver, ni más villano que aquel vestido de ángel, piel de cordero”. Apóstoles junto a Tolomeo y otros arcanos maestros pronosticaron mi llegada, también mi caída, pero fueron tus brazos quienes me recogieron en una noche llena de afanes. Rápido, hoy la madrugada nos espeta una tácita rutina al despertar. Ducha rápida, café y una “matrix” manchada de espanto.
Tú, por lo menos perduras en la inocencia.
“Diálogo de los Esenios” – versículo VI, siglo V antes de Cristo
Me encanta....!
ResponderEliminarmuchas gracias!!!
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