Sobre La Pena, 1983




Vuelvo a temblar sobre la tierra firme,
El camino patente y movedizo.
Vuelvo a sentir la presencia de algo
Que me impulsa a hablar, a tomar
Ese momento de frases necesarias.

Y aunque los sentimientos sean mudos,
Aunque la miseria no habla
Pudiste escuchar un grito
Entre mis entrañas.

Mas no estaba allí tu mirada,
Tan sólo un gesto de pena
Tu alma exhalaba.

De nuevo la transparencia se tiñe de oscuro
Como si de mi destino se tratase.
Marchitos los ojos de llanto por llamarte.
Que ya no hay sangre en las venas
Para ocultar mis desvelos.
Ni angustia plagada de estrellas
Que tape la boca al viento.

¿Cómo matar la pena? Si ni siquiera
Esa sangre marchita se altera.
¿Cómo matar la pena ya tan profunda
Si ni amistad nos queda?

Poema XX - del libro “Primeros Poemas”, 1983
Foto Luizo Vega

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