LA NOCHE Y LAS CARRETERAS (Slow)

La noche y las carreteras se hicieron para huir. De tiempo y tesón se ungen los sueños y los míos, esperan retorcidos a que tu voz temple esta historia de noches largas, de inviernos en edredón… Dejé "Wikipedia" y "Facebook" para los tristes convictos de la red, allí no hablan de ti. 

Y te pido que no dejes este pan y este hambre juntos. Deseo sólo fijarme en lo que importa, no más luz o tinieblas. No más tristeza, crisis y destellos de fulgor ahogados, o noticias transeúntes de los trasmundos que suenan en la radio. La hiperactividad de esta ciudad me ahoga y sólo tú naces como un oasis, como una nada que me deriva hacia ningún lugar.

Harto de todo y todos me despojo en las esquinas, en las bibliotecas, de mi propio hedonismo; de mi propio conocimiento. Subo a los campanarios, me suicido por las esquinas del olvido. Escribo entonces, justo antes, mi propia esquela. Una triste canción que nadie comprenderá y que contiene tu nombre: –"Contamíname, mézclate conmigo, que bajo mi rama tendrás abrigo"–.

No se hicieron estos lares para los cobardes, los hipócritas o los locos simplemente: ¿Se hicieron tus hombros para ser recorridos despacio?. –Sí, se hicieron–, te oigo decir. 

El cielo negro de tus ojos, tu sonrisa obtusa aunque auténtica, tu torpe timidez y tú desnudez de humano, me enamoran.

¿A donde fueron los abrazos rotos, los besos que no dimos, las palabras que olvidamos?. ¿A dónde la infancia contenida o la indolencia idolatrada?. Hoy estamos todos atónitos ante el ciberespacio, dominados por mirones y chulos del zoom; poligrafía de gentes que buscan significar por una selva de significados contrapuestos. Holografía de nuestra soledad, variedad de nuestro vacío.

Ven, lo dije antes. No dejes de mirarme como lo haces, antes de que le mundo nos confunda en su indolencia con uno más, con cualquiera... La noche y las carreteras se hicieron para huir y tu amor, para ser transitado.

No corras, ¡te esperamos!.

Foto por Luizo Vega,