TIERRA DE NADIE | versión Pride 2017

Vivo en un mundo dominado por la mirada
que además, no deja de sorprenderme,
sigue siendo sede de las lágrimas.
Un mundo ficticio, hecho de proyecciones y deseos
que siendo falsos semejan ser verdaderos.

Mi mundo es sólo de hombres.
Las mujeres son el espejo sobre el cual
se proyecta la luz de mi raza.
Imagen devuelta de sí mismos
o disimulada al jugar a ser otro, distinto: cualquiera.
Allí, cuerpo y alma van juntos, pues quien entrega un cuerpo
ofrece, sin saberlo, el deseo que abrazó.

Mi mundo se agota en sí mismo
se consume en esperas e imágenes,
en fetiches vestidos de uniforme
que usan sonrisas de betún de áspera piel 
y dulce mirada.

Otras veces se irrumpe en escenas inexplicables:

Ocaso de lo proscrito, 
holograma de dolor, 
pánico de la existencia.

Mi mundo no es mejor ni peor que otros que tú conoces.
Es uno más, cualquiera: siempre cambiante.

Tierra de nadie,
Universo donde la ilusión
y el vacío se encuentran.

Allí, la mujer es un silencio
que el hombre representa
usurpando bajo una luz opaca,
una sed milenaria.

Se juega a la representación del dolor y del deseo
no menos que al amor más verdadero.
Espacio de la representación,
lugar ya nunca más vació
del mundo de los de mi raza.

No lo miréis con recelo o acaso con asco,
pues quizás un día también iréis a sus laderas
a beber, a saciar la sed del simbolismo de ser otro,
distinto, cualquiera.


Nota: imagen sin permiso de autor.