El Hombre Que Llegó Mañana
Tengo el corazón tan lleno de besos que aún me caben los tuyos por venir.
Hay cosas que nunca te supe decir (o tú no pudiste ver), porque el sentir, ése sí,
A ése no le ahuyentabas.
Tuve la suerte al abrazarte en la noche más sedienta,
De oler tu aroma junto al mío, de acariciar tu sexo;
Que los recuerdos dormidos son dardos que la pasión alienta.
Tengo el alma algo herida, no mucho, tan sólo algo maltrecha
Traigo la sal de la esperanza para que piquen más las heridas
Esas que nunca curan y cierran en falso.
Quiero sentir que el aire de Abril está hecho para el amor
- Aunque estemos en Mayo -
Y que el sol en su fronda me muestra el camino hacia tu casa
No vine, amigo, para tener que irme mañana:
¿Ves?, - la puerta aún sigue abierta -
A beberme tu vida vine
A mezclar tus miedos con mi esperanza
A hacer el camino de regreso más cómodo
Y si cabe, digno de nostalgia.
Hay cosas que nunca te supe decir (o tú no pudiste ver), porque el sentir, ése sí,
A ése no le ahuyentabas.
Tuve la suerte al abrazarte en la noche más sedienta,
De oler tu aroma junto al mío, de acariciar tu sexo;
Que los recuerdos dormidos son dardos que la pasión alienta.
Tengo el alma algo herida, no mucho, tan sólo algo maltrecha
Traigo la sal de la esperanza para que piquen más las heridas
Esas que nunca curan y cierran en falso.
Quiero sentir que el aire de Abril está hecho para el amor
- Aunque estemos en Mayo -
Y que el sol en su fronda me muestra el camino hacia tu casa
No vine, amigo, para tener que irme mañana:
¿Ves?, - la puerta aún sigue abierta -
A beberme tu vida vine
A mezclar tus miedos con mi esperanza
A hacer el camino de regreso más cómodo
Y si cabe, digno de nostalgia.
Santiago Calleja Arrabal (imagen)
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