Cera de Enfrente
para Milton
No eres tú - muchacho en Jeans -; espléndido en tu enhiesta y álgida
adolescencia aquel que nombran lenguas de doble filo. Ni tu mirar
sombrío, tu hechizo de gélida pureza, tu luz hecha al fin resplandor;
los que serán maltratados en una humillación indecible.
Es la sociedad quien inventa la flecha y el veneno que te cercan.
Tú no les oigas, no les mires. Apolo en flor, luz y cadencia: hombre de tu mañana.
Que giman hasta quedarse gélidos en su indolencia, sucios en su incomprensión,
rotos en desaliento y sin rezos que ofrecer a tus templos.
La cera de enfrente está repleta de flores y de nubes huidizas - tú que lo sabes
bien, no les oigas, no les mires, apenas -. Pasas desafiando con tu silbido a
las fuerzas del orden. Déjalos, muchacho, permite que tu cuerpo sea diana
de su deseo. No les calles, no les mientas tampoco. Ofrécete sin mácula a
sus antojos. Deja que su ira inunde lo inabarcable, que brote su risa como
lava sucia. Permítete esos excesos...
El fruto de Nabuconodosor será para quien sepa medir sus fuerzas y
su talento en ínfulas sin infierno, en las quimeras del mañana.
La verdad descansa entre los muslos del Apolo que representas (sin saberlo).
La fuerza hecha luz en tus manos no será medida. A menudo el mudo gusta ofrecer
su crueldad con gestos que asquean el paladar. Ellos son más. No mejores,
no más bellos o más perfectos que tú. Mas, olvídalos en su verdad sin luz.
Las calles del espanto están en un mañana que es un hoy quebradizo.
De ellos es el dolor que se clava como clavel de recuerdos, nardo de su ignorancia.
Locoo jeje muchas gracias San .
ResponderEliminarMi AMIGO..!!!
ABRAZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.......