UNO DE ESOS DÍAS | Opúsculo
He dejado las nubes, los anuncios y los pronósticos para los tristes
convictos. Televisivos personajes matutinos me inflaman los ojos y, por si
acaso, se perpetúan en los medios más diversos; más allá de todo pronóstico.
Rompo las ondas de mi radio sonora, me fumo el humo de los anuncios
publicitarios mientras espero que el mundo se hunda aún más en el estupor.
Hoy ya he llorado dos veces, no de mera tristeza o por debilidad; sino
de pura humanidad. Intento buscar el sendero que me devuelva hacia mí mismo.
Allí donde perdí mi rastro, distraído y sin brújula, alzo los ojos ante el
abismo que me acoge, y al que llamamos realidad. La ciudad es fría y
metálica... La rutina y ella se aman; siempre lo he sabido.
Atravieso semáforos en rojo, me aventuro a subir a los campanarios de mi
ciudad o me acomodo en silencio en las bibliotecas, donde ya ni siquiera los
ratones se aventuran —verdaderos habitantes entre los libros—.
Hoy he tomado aquel atajo que tu mirada me enseñó: el recuerdo no ayuda
mucho pero alimenta el alma. Llama un amigo y mi móvil tiembla: — ¿cómo?
¿planes de fin de semana?—. Asiento sin haber entendido bien dónde, ni cuándo.
Sigo caminando y aquel muchacho me mira de reojo por entre los
esqueletos metálicos del “Bicing”. No quedan bicicletas enteras. Todas
funcionan mal y sin inmutarme, decido bajar a pie la calle de mi barrio.
Sonrió interiormente y sigo el dictado de mis pensamientos que saltan de
lado a lado de mi mente, sin dirección precisa. Al llegar a la esquina veo de
repente como un joven y un hombre anciano se dan la mano. Vuelvo a sonreír,
secretamente. Todo hoy es asombro y duda. Todo me llena no menos que me defrauda
y —ya se sabe—, es uno de esos días en los que me miro de reojo en los espejos.
He dejado las nubes de mi ilusión para otro momento más inspirado en el
que el sol sea sólo luz y nadie más interfiera mi interior rutina. “El mundo
va, yo voy: todo está bien”. Repito este mantra hasta la saciedad; no por ello
será más verdadero. Si he perdido mi tiempo, no todo lo perdí. Me quedan la luz
y un descanso sin bruma.
Imagen: Recital en Asociación GAG, Bercelona
Ateneu L'Harmonia, Sant Andreu (BCN)
14 de Mayo, 2016
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