Yo No Sé Nada

Yo no tengo voz, ni dudas, ni nada parecido a esta vida de hastió y falso encantamiento. Yo sólo tengo la memoria de los días, ésa que me recuerda estar vivo cuando muerto te olvido. Yo no tengo apenas nada, un calendario donde anoto las noches que faltan para verte y los días que pasan de puntillas. Y por si acaso, conservo mi hatillo de Lazarillo lleno de sueños que, como es de esperar sólo sirve a los soñadores, apenas unos víveres para el camino. Vivo del viento.

Yo, ya no tengo nada, y al igual que Sócrates: “Sólo sé que no sé nada” aunque sepa que la verdad pasa por descubrir tu cuerpo y mirarme en tu sonrisa en esas noches de amor y duermevela. De aquellos que murmuran ahora y se rien, y me traen lava sucia y cuchicheo, tampoco; tampoco de ellos me acuerdo porque como dijo Gil de Biedma “De la vida me acuerdo pero dónde está”

Apenas nada sé, pues no quiero saber ya nada, que todo conocimiento cansa y tan sólo me atañe la experiencia y una vida no falta de pasión. Por eso, proclamo que yo no sé nada y lo digo al caerme lo mismo que al levantarme, al llorar igual que al reír; al amar o en la bendita soledad de naufrago.

A veces, un ángel visita mi casa. Tomamos café y dos galletas, jugamos a las cartas mas luego se marcha dejando mi alcoba llena de luz y afanes. Todos me miran mal, no lo dicen al hablar pero yo sé que de su boca brota la viruta de la envidia pues no comprenden cómo puedo caminar feliz sin poseer nada, sin saber de nada… No les diré el secreto ¿Quién soy yo, acaso?: Un naufrago, un mensaje en la botella esperando llegar a una playa y ser descifrado por tus palabras.

para Carlos