LA CIUDAD DEL LIMO (nuevo)
Cada vez que tomamos un tren
rumbo a una ciudad,
otras se quedan esperando.
Cuando decimos no a alguien,
estamos dejando entrar
a otra persona o circunstancia.
El abrir una puerta
presupone que otras
quedaron sin cerrar.
Tomar una decisión nos dispensa
de otros tantos errores.
Cada paso implica
que dejaste una huella
y la huella (buena o mala)
dice de ti que allí estuviste.
Pero sólo las pisadas
que damos sobre el mar
anuncian que un día
anduvimos surcando sueños.
Todo impedimento,
toda contra-programación es,
sin saberlo, una nueva lección
que aprenderemos en el hoy,
en el ahora y para siempre.
Por tanto: si me he equivocado,
si he perdido mi tiempo,
no todo lo perdí.
Después de leer aquello,
te miré a los ojos con dulzura.
Preguntas el nombre del libro
que sostengo entre las manos:
—“La
ciudad del limo”—,
de autor desconocido, respondí.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por participar y/u opinar en mi blog.
100% Poesía (Derechos de Autor Reservados)